Entrenamiento, descanso y alimentación ¿es la combinación definitiva?

La combinación del entrenamiento con un plan alimentario adecuado es fundamental para alcanzar tus objetivos deportivos y de salud. Tanto si estás buscando mejorar tu rendimiento, ganar masa muscular, perder grasa o simplemente llevar un estilo de vida más saludable, la sinergia entre una buena alimentación y un programa de entrenamiento personalizado es clave y se integran para ayudarte a maximizar tus resultados.

La relación entre dieta y entrenamiento

Si hay algo que he aprendido trabajando con deportistas de diferentes niveles, es que la dieta y el entrenamiento han de ir de la mano para dar lo mejor de nosotros.  Puedes entrenar como un atleta de élite, pero si tu alimentación no está a la altura, estarás desaprovechando gran parte de tu esfuerzo. Y al revés: puedes llevar a cabo una dieta adecuada y suficiente para tu actividad física, pero si el entrenamiento no está bien planteado, los resultados serán limitados.

La clave está en entender que entrenamiento y alimentación no solo se complementan, sino que se potencian mutuamente. En mi experiencia, muchas veces se subestima el papel de la nutrición en el rendimiento. Por eso, cuando alguien me pregunta “¿Qué suplementos me pueden ir bien para mejorar el rendimiento?” o ¿Qué es mejor entrenar en ayunas o desayunando previamente?, mi primera pregunta siempre es: “¿qué estás comiendo antes de entrenar?”, ¿qué estas comiendo después de entrenar?”. 

Porque la realidad es que puedes tener el mejor plan de entrenamiento del mundo, suplementos deportivos ámpliamente reconocidos o aplicar estratégias de entrenamiento de moda, como el ayuno, pero sin una alimentación de base adecuada, es como intentar construir la casa por el tejado.

Principios básicos de una dieta equilibrada para deportistas

Cuando hablamos de dieta y entrenamiento, los macronutrientes son los pilares del rendimiento deportivo. Las proteínas son las aliadas imprescindibles para la recuperación y el desarrollo muscular ayudándonos a reparar y construir el tejido dañado tras el esfuerzo. Los carbohidratos, por su parte, son el combustible principal que va a llenar los depósitos de la energía que necesitas para rendir al máximo y evitar una fatiga muy temprana. Y el tercer macronutirente: las grasas saludables, aportándonos energía de forma más lenta y duradera, además de participar en funciones clave como la producción hormonal.

Por otro lado, algo en lo que insisto mucho en consulta, son las verduras y hortalizas. Parece que en la alimentación del deportista siempre destacamos especialmente el papel de los carbohidratos y las proteínas, pero no deberíamos olvidar el papel esencial de las verduras y las hortalizas, tanto en personas deportistas como en personas con un estilo más sedentario. 

Este grupo de alimentos, junto a las frutas, son las principales fuentes de  micronutrientes: vitaminas y minerales. Aunque puedan parecer secundarios, sin un buen aporte de todos ellos no solo corre el riesgo nuestra salud sinó que el rendimiento también puede verse afectado. El hierro, por ejemplo, transporta oxígeno a los músculos, mientras que el calcio y la vitamina D refuerzan los huesos para soportar la carga del entrenamiento. Y micronutrientes antioxidantes como la vitamina C ayudan a combatir el estrés oxidativo, esa sensación de desgaste tras una sesión intensa.

En resumen, una dieta equilibrada no solo te hace alcanzar un buen estado de salud; también marca la diferencia entre entrenar sin energía, con una recuperación lenta y con lesiones frecuentes y entrenar con energía y una buena recuperación.

Planificación de la alimentación pre y post entrenamiento

Antes del entrenamiento: apuesta por carbohidratos de fácil digestión para asegurar una dosis de energía rápida. Si tienes poco tiempo opta por  fruta fresca como por ejemplo un plátano maduro o por fruta deshidratada como dátiles o higos secos

Si tienes algo más de tiempo antes de entrenar puedes preparar algo más completo, como por ejemplo, cereales con un lácteo desnatado de base (leche, yogur, kefir…) o bien pan con mermelada, platano maduro o membrillo, e incluso, añadirle un poco de proteína o grasa (queso fresco, queso de untar, crema de cacahuete…). Esto mejora la resistencia y previene el catabolismo muscular. 

Después del entrenamiento: este es el momento clave para recuperarte e incluye una combinación de carbohidratos y proteínas. Un batido de leche, proteína en polvo y frutas o un plato de arroz o pasta con tomates y huevo revuelto, por ejemplo, son opciones interesantes cuando queremos optimizar nuestro entrenamiento y alimentación. 

Otro aspecto en el que también insisto mucho con mis deportistas para un buen rendimiento deportivo es el descanso. Entrenamiento, descanso y alimentación deverían ir siempre de la mano cuando se trata de salud y rendimiento.

Entrenamiento personalizado y alimentación

Una de las primeras cosas que pregunto y pido a mis deportistas cuando llegan a la consulta es: ¿entrenas por tu cuenta o sigues los entrenos planificados por algún profesional?, ¿cuál es el patrón y el volumen de tu entrenamiento actual?, si estás con algún entrenador, ¿quién es?, ¿sabe que vas a empezar un plan de nutrición?. Incluso, aquellos deportistas que optan por adaptar su alimentación semana a semana según los entrenamientos, me mandan cada semana la planificación. 

Esto lo llevo haciendo así desde hace años porque bajo mi punto de vista, un entrenamiento personalizado y una alimentación adecuada debería ser esencial para alcanzar cualquier objetivo relacionado con la mejora física y/o de rendimiento. Cada persona tiene características, necesidades y metas específicas, por lo que diseñar un plan individualizado, tanto de entrenamiento como de alimentación, es fundamental para maximizar resultados y mantener la motivación.

Si el objetivo es ganar masa muscular, el entrenamiento se focalizará a un entrenamiento de fuerza y deberá ser complementado con una dieta rica en proteínas de alta calidad y un ligero superávit calórico. En cambio, para perder peso, el enfoque estará en crear un déficit calórico moderado, priorizando la preservación de la masa muscular mediante una combinación de entrenamientos cardiovasculares y  de fuerza con un consumo adecuado de proteínas.

Cuando se busca mejorar la resistencia, la prioridad es un equilibrio entre el aporte energético para soportar el volumen de entrenamiento y una distribución adecuada de carbohidratos para optimizar el entrenamiento. Aquí también se considera el momento de la ingesta, especialmente antes y después del ejercicio, para favorecer el rendimiento y la recuperación.

En cualquier caso, adaptar constantemente tanto el plan de entrenamiento como la alimentación es crucial para responder a los cambios en el cuerpo, evitar estancamientos y mantener la salud en el proceso. La personalización es el puente entre el esfuerzo y los resultados.

El papel del descanso en la dieta y el entrenamiento

Como he comentado anteriormente, el entrenamiento, descanso y alimentación son los tres pilares esencial para mejorar el rendimiento físico y alcanzar objetivos de manera saludable. Mientras el entrenamiento estimula los cambios en el cuerpo, el descanso y la recuperación permiten que estos se consoliden. Dormir bien, reducir el estrés y programar días de descanso son cruciales para evitar el sobreentrenamiento, prevenir lesiones y optimizar el rendimiento.

Del mismo modo, la alimentación juega un papel fundamental en este proceso. Por un lado, consumir proteínas de calidad favorece la reparación muscular, por otro lado, los carbohidratos reponen las reservas de glucógeno necesarias para los entrenamientos posteriores. Además, incluir grasas saludables, vitaminas y minerales ayuda a reducir la el estrés oxidativo provocado por la actividad física de intensidad y mejorar la calidad del descanso y de la salud general. 

Suplementos nutricionales: ¿son realmente necesarios?

Esta es una de las preguntas que recibo más frecuentemente en la consulta. Y mi respuesta a menudo es ¿para qué estás pensando en tomar X suplemento? o ¿con qué objetivo?. Y, luego, me dispongo a analizar la alimentación y los hábitos del deportista,  ya que la necesidad y efectividad de los suplementos nutricionales dependen de las características individuales, los objetivos y la calidad de la dieta y entrenamiento. 

En muchos casos, una alimentación equilibrada y personalizada cubre las necesidades nutricionales, aunque algunos suplementos pueden ser útiles como complemento a la dieta del deportista.

Por ejemplo, las proteínas en polvo son prácticas para alcanzar los requerimientos diarios, especialmente en personas con altas demandas proteicas o en personas que tienen este grupo de alimentos más limitado, como por ejemplo los deportistas veganos, vegetarianos o con un bajo consumo de carne, pescado y/o huevos. 

Por otro lado, los BCAAs o los aminoácidos ramificados, pueden ser útiles en casos específicos, como entrenamientos prolongados en ayunas o déficit calórico, aunque su efectividad es limitada si la ingesta proteica total es adecuada. La creatina en cambio, tiene amplia evidencia respaldando su capacidad para mejorar la fuerza, el rendimiento en actividades explosivas y la recuperación, siendo una opción segura y eficaz. 

Otros suplementos, como los multivitamínicos o el omega-3, pueden aportar beneficios dependiendo del contexto. Sin embargo, siempre deben evaluarse las necesidades individuales y valorar las analíticas y los hábitos del deportista antes de recurrir a ellos. Los suplementos son herramientas, pero el verdadero motor de los resultados es una combinación estratégica de dieta y entrenamiento bien planificados.

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Errores comunes en la dieta y entrenamiento y cómo evitarlos

Combinar dieta y entrenamiento de forma efectiva no siempre es fácil, por eso siempre recomendamos consultar con un professional. En consulta, me encuentro de forma repetitiva con algunos errores entorno la alimentación y el entrenamiento que pueden frenar el progreso del deportista. El más frecuente es no adaptar la alimentación al tipo de entrenamiento. Por ejemplo, seguir el mismo tipo de dieta o ingestas antes de un entrenamiento de series o de una tirada larga o de un día de descanso. 

Solución: ajusta la ingesta de carbohidratos según la intensidad y duración del ejercicio. Añade más cantidad de pasta, arroz o patata antes de tus entrenamientos más exigentes, mientras que en los días de descanso, aprovecha para incluir más vegetales e integrales.

Otro error habitual es subestimar la importancia de la recuperación, tanto en el descanso como en la alimentación. Saltarse comidas después del ejercicio o no consumir suficientes proteínas puede ralentizar la reparación muscular. 

Solución: planificar y organiza tus comidas post-entrenamiento con una combinación de proteínas y carbohidratos para optimizar la recuperación. Anticipate para disponer de estas ingestas o snacks nada más terminar de entrenar para optimizar el proceso de recuperació.

También es común sobrevalorar el gasto calórico del ejercicio y consumir más calorías de las necesarias, dificultando objetivos como la pérdida de peso. 

Solución: estima el gasto energético que supone tu estilo de vida y tus entrenamientos para adatar la alimentación generando un déficit calórico controlado e incluyendo todos los grupos de alimentos. No es una tarea facil por lo que te recomiendo consultarlo con un profesional.  Si te encuentras en esta situación, consulta nuestros servicios de Nutrición Deportiva: Servicios nutricion deportiva

Por último, muchos olvidan que el éxito depende de la constancia. Cambiar drásticamente entre dietas o entrenamientos, sin dar tiempo al cuerpo para adaptarse, genera frustración. 

Solución: priorizar una estrategia sostenible que combine entrenamiento y alimentación adaptados a las metas individuales, permitiendo ajustes progresivos según los resultados.

Ejemplos de panes de alimentación y entrenamiento para diferentes objetivos

Algunos ejemplos de cómo puede variar la alimentación según nuestros objetivos. Estos deberían ajustarse, también, a los entrenamientos personalizados de cada deportista, pues ya hemos visto que entrenamiento personalizado y alimentación deben coordinarse.

Objetivo Comida Ejemplo
Pérdida de peso Desayuno Tostada de pan integral con huevos duros o tortilla
Media mañana Yogur natural + chía + frutos rojos
Comida Pollo a la plancha + pasta integral + brócoli
Merienda Manzana + 10 almendras.
Cena Salmón al horno con verduras asadas
Ganancia masa muscular Desayuno Yogur proteico con cereales de maíz + plátano + frutos secos.
Media mañana Pan integral + con pavo
Comida Salmón al horno con patata asada y verduras asadas
Merienda Batido de proteínas + 1 puñado de nueces.
Cena Ensalada de quinoa, tomate cherry y queso fresco + ternera a la plancha
Mejorar resistencia Desayuno Pan blanco con mermelada + yogur desnatado con granola.
Media mañana Dátiles o higos + bebida isotónica.
Comida Pasta integral con tomates y atún
Merienda Tortitas de arroz con crema de cacahuete y plátano
Cena Pollo a la plancha + puré de boniato + verduras asadas.

La Importancia de la hidratación en el entrenamiento

Por último, y no menos importante, vamos a analizar el papel de una hidratación adecuada para optimizar el rendimiento deportivo en cualquier  dieta y entrenamiento. 

Una hidratación deficiente es uno de los errores más comunes en la autogestión de la alimentación e hidratación del deportista, provocando una reducción la capacidad física, un aumento de la fatiga y un retraso de la recuperación muscular

Durante el ejercicio, la pérdida de líquidos por sudor conlleva,  también, una pérdida de sales minerales que si no se reponen a tiempo, dificultará la contracción muscular y aumentar el riesgo de fatiga o calambres.

Consejos para mantenerse hidratado:

    • Antes del ejercicio: Bebe 400-600 ml de agua 2-3 horas antes de entrenar.
    • Durante el ejercicio: Consume unos 500 ml de agua o isotónico por hora, especialmente en sesiones largas o intensas. Considera especialmente las bebidas isotónicas si el entrenamiento supera 1 hora.
    • Después del ejercicio: Rehidrata con agua y electrolitos para reponer pérdidas. Una opción práctica es consumir una bebida con sodio o agua acompañada de alimentos ricos en minerales (frutas, frutos secos, encurtidos…)

Mantener un buen nivel de hidratación no solo mejora el rendimiento, sino que también contribuye al bienestar general y a maximizar los beneficios de un plan de entrenamiento y alimentación.

Alimentación, entrenamiento y descanso: ¡la clave del éxito!

La integración de una dieta y un entrenamiento personalizado, junto a un descanso adecuado es esencial para alcanzar tus metas. Cada uno de estos elementos juega un papel crucial en tu rendimiento general y bienestar. Al comprender y aplicar estos principios, puedes maximizar tus resultados y llevar un estilo de vida más saludable.

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